miércoles, 17 de abril de 2013

Pequeños trastornos sin importancia de Julio de la Rosa (Ernie Records, 2013)


Me ha costado acercarme a este disco: demasiadas emociones contradictorias, demasiado desconcierto...¿síndromes que no tienen todavía nombre mellando en mi cerebelo atrofiado? Qué sé yo...aquí no hay música de arrabal, no hay ruidismo...no hay a Rey muerto Rey Puesto... es como pensar que la ceniza es la pariente pobre del fuego. Julio de la Rosa jugando al escondite con la vida en Pequeños trastornos sin importancia. Julio de la Rosa armado de ideas y voces de chicas dibuja las melodías como si estuviera escarbando en los sedimentos tóxicos que dejan los ríos que nunca llegan hasta el mar. Colecciono sabotajes empieza como siempre, como una canción de mercurio y cuchilla de Julio de la Rosa y después el huracán que se sostiene por las capas angelicales y los loops a pelo, por la superposición infinita. Estoy con tu disco en la mano, Julio: mira cómo marco el ritmo de tu colmillo afilado en Gigante, cómo te imito frente al espejo, disfrazado de reptil con Kiss, kiss, me...¿creías que iba a seguir asustado toda la vida? Vale, este que te habla con soy yo, tartamudeo una excusa para llegar a Un corazón lleno de escombros. Ninguna de las antiguas normas valen cuando la historia es vieja...deslizándose entre líneas de bajo y guitarra esquemáticas, luz de lava descendiendo por las montañas: ya no queda nada. Tango roto, tango reventado, percusiones afónicas, cajas de música...por qué me has dejado así, solo... La fiera adentro, un túnel bajo la autopista, un barco pirata cubierto de polvo, una canción infantil de esas que se cantan los otros cuando tú te alejas. Canciones, melodías, estructuras...no sé si hablar de estas cosas hace que el brillo de este LP se reduzca, lo único que sé es que llevo unos meses escuchándolo constantemente. Sé que cada vez que lo escucho junto a ella el temblor desaparece y no tengo miedo a amarla para siempre. Borrón y cuenta nueva, con su fijación por la miniatura, con los dedos friccionando las cuerdas, una y otra vez, como si las chispas iluminaran el camino de vuelta, una tecla que es como un susurro. Pequeños trastornos sin importancia es un disco para el camino, paisaje infinito, no importa de dónde vienes ni a dónde vas...es mejor pensar que los que están confundidos son los demás: Tarde a todas las partes. La rabia...en fin, la lava de los días, ya te he hablado de las fumarolas por las que se escapa la vida, Maldiciones comunes. Y también Glorietas y amores saludables...todo, ya no me queda nada. Lo he dicho antes...

Mira, este es es uno de los discos más bellos que he escuchado en mi vida. Como lo sencillo pidiéndonos una limosna, como día que iba de maravilla y sabes que no puede acabar bien... pequeños tesoros ocultos en las esquinas de los sueños, que desaparecen al despertar. Gracias Julio, como siempre.  

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